La vivienda se localiza en la población de Mancha Real, en una zona de ensanche con parcelas para unifamiliares aisladas. La sierra sur situada al fondo condiciona su formalización, marcada por un juego de cubiertas curvas inspiradas en el perfil de dicha sierra, pareciendo establecer un diálogo con la misma. Su carácter escultórico, intensificado por el uso del blanco como
único color tanto en fachadas como cubiertas, la dota de un protagonismo destacado dentro del conjunto de construcciones del lugar.
Una vez dentro de la parcela, la vivienda te recibe con un gran porche que alberga la zona de aparcamiento. Interiormente se desarrolla con un espacio fluido y continuo desde el hall hasta el salón-cocina-comedor situado al fondo, el cual presenta grandes ventanales abiertos hacia la zona de piscina y la sierra. Una serie de huecos a doble altura permite unificar ambas plantas y
tener un registro de las cubiertas curvas desde varios puntos de la planta baja, además de canalizar la luz desde los distintos lucernarios.
En la zona de espacio libre de piscina destaca la pérgola volada en continuidad con el porche y salida desde el salón. Una serie de terrazas y jardineras a nivel de planta primera, que alberga la zona de noche y una zona de estar que se asoma al salón a doble altura, completan la volumetría del conjunto de la vivienda.
